Extraído de: aquí
La conservación de un cierto volumen de aire en las vías respiratorias cuando ya no somos capaces de expulsar más aire en la espiración forzada, es esencial para mantener un equilibrio en la presión interna de los alvéolos, aspecto vital para que los pulmones puedan mantener su actividad con normalidad.
Si
nuestros pulmones no conservaran permanentemente un cierto volumen de aire
residual, los alvéolos se vaciarían normalmente, acabando aplastados y con ello
colapsados por el aumento de la presión de succión que se produce en su
interior para compensar este vacío.
Este
volumen de aire residual oscila entre 1 y 1,2 litros de aire según las personas.
A modo de
conclusión, los volúmenes respiratorios nos dan información sobre la cantidad
de aire que el individuo es capaz de movilizar en relación con los distintos
tipos de esfuerzo respiratorio, es decir el aire que se moviliza sin esfuerzo,
el que se inhala de manera aislada al forzar la inspiración, o el que se puede
expulsar exclusivamente en la espiración forzada.
De este
modo, gracias a los volúmenes respiratorios podemos saber si nuestros
mecanismos respiratorios fisiológicos funcionan adecuadamente y rinden de
acuerdo a sus posibilidades.
El
rendimiento de algunos de estos volúmenes puede ser aumentado a través de un
cierto entrenamiento respiratorio. Así la relajación de los músculos torácicos
y la flexibilización de la caja torácica nos pueden ayudar a aumentar la
amplitud de la inspiración, es decir el volumen de reserva inspiratoria (VRI).
Así mismo,
el entrenamiento de los músculos espiratorios nos puede ayudar a expulsar una
mayor cantidad de aire, mejorando de este modo el volumen de reserva
espiratorio (VRE).
No hay comentarios:
Publicar un comentario